Así luchan estos proyectos contra la pérdida y el desperdicio alimentario

Perderse en las cifras es fácil cuando hablamos de pérdida y desperdicio de alimentos. Los impactos sociales, ambientales y económicos de este despilfarro son tan impactantes que tenemos dificultades para poner en números concretos la magnitud del problema. En el encuentro organizado por el CEMAS sobre la pérdida y el desperdicio alimentario (ya disponible en nuestro canal de YouTube) ponentes de alto nivel expusieron proyectos innovadores e inspiradores que merecen una mención aparte. A continuación, compartimos con vosotros algunos de ellos:
Proyecto en el Palacio de Congresos: cuantificar pensando en la sostenibilidad y la nutrición
El Palacio de Congresos es una entidad muy reconocida en la ciudad de València. Allí se organizan una gran cantidad de eventos de diversos tipos. Pero todos tienen algo en común: acogen a multitudes de personas que hay que alimentar.
Hace un tiempo que el Palacio trabaja para que todos sus servicios ofrezcan una propuesta sostenible. Así nace este proyecto colaborativo entre el CEMAS, la Universidad de València y el Palacio de Congresos de València. La iniciativa pretende desarrollar una guía extrapolable a todos los servicios de restauración, con información clave y las pautas necesarias para que otras empresas puedan sumarse a la lucha contra el desperdicio alimentario.
El primer pilar de la iniciativa se trata de cuantificar el desperdicio alimentario a través del diseño de unos protocolos de medición individualizados para cada evento, revisando cuánto se tira, qué se tira y por qué. El objetivo es proponer mejoras, generar conocimiento y que los propios clientes se conviertan en aliados en la lucha contra el desperdicio alimentario.
El segundo punto del proyecto consiste en juntar dos variables: sostenibilidad y nutrición. El punto en común que tienen todos los servicios de restauración son las fichas técnicas que se utilizan en cocina e incluyen información acerca de los ingredientes, formas de preparación, fotos del plato y datos sobre la presencia de alérgenos. La intención en este caso es diseñar fichas técnicas de sostenibilidad que vayan más allá de las habituales e incluyan datos sobre la huella de carbono de las materias primas y sus parámetros nutricionales.
Ahora mismo este proyecto se encuentra en estudio preliminar y a partir de enero podremos ver los resultados.
CIBUM Data datahub: aplicar ciencia de datos para entender dónde estamos parados
El Instituto Universitario de Matemática Pura y Aplicada de la Universidad Politécnica de València y el CEMAS están colaborando juntos para diseñar un agregador de datos en el área de la alimentación urbana sostenible que brinde información clara sobre la gestión de alimentos en la Comunidad Valenciana.
De sus cuatro fases de desarrollo, el proyecto se encuentra actualmente en fase uno. En esta primera instancia el foco está puesto en buscar operadores, generar acuerdos e investigar más en esta área. La segunda es el desarrollo de la plataforma en concreto que va a acumular y procesar los datos. En tercer lugar, visibilizar a través de iniciativas sociales y alianzas; por último, visibilizar y publicar el proyecto final.
A través de la obtención de datos fiables será posible tomar decisiones más acertadas en cuanto a la pérdida y el desperdicio de alimentos a nivel local.
Proyecto Redona: una propuesta para el aprovechamiento alimentario
El proyecto Redona de Cátedra Tierra Ciudadana (Universidad Politécnica de València) sigue los lineamientos de BonProfit, la estrategia de la Comunidad Valenciana para abordar el desperdicio alimentario. La iniciativa busca dar una nueva vida al excedente de frutas y verduras mejorando la ayuda alimentaria ofrecida por entidades sociales en la ciudad.
El proyecto cuenta con dos estrategias. En primer lugar, el diseño de una plataforma digital como sistema de control y gestión de excedentes alimentarios. El propósito es mejorar la organización, además de poner en común los intereses de los distintos actores involucrados. Esta plataforma permitiría poner en valor el aprovechamiento del excedente alimentario, además de dar visibilidad a las acciones que están llevando a cabo los actores implicados.
La segunda estrategia consiste en determinar un punto físico donde se pueda almacenar, clasificar, elaborar y recoger el excedente alimentario para luego llegar a las respectivas entidades sociales.
Y tú, ¿qué iniciativas a nivel local se están impulsando en el lugar dónde vives? ¡Síguenos en nuestras redes sociales y cuéntanos todo sobre ellas!