Ciudades Verdes: un plan para repensar las urbes

La iniciativa “Ciudades Verdes” de FAO es un ambicioso proyecto para mejorar el bienestar de las poblaciones urbanas y periurbanas.
Según las estimaciones actuales, en tan solo 30 años dos tercios de la población del planeta estará instalada en espacios urbanos. Si no cambiamos nuestro rumbo, esto implicará una cantidad enorme de personas que, simultáneamente, realizan actividades similares: se trasladan de un lado a otro, consumen agua, compran, o se alimentan… mientras comparten el mismo espacio físico: una gran ciudad. Pero ¿serán nuestros entornos urbanos capaces de soportar esta situación?, ¿cómo nos alimentaremos?, ¿de dónde llegará el agua para estos entornos superpoblados?
Para que comencemos a hacer realidad unas ciudades más amables con quienes las ocupan, más accesibles para todos y más sanas, FAO presentó el pasado mes de septiembre la iniciativa “Ciudades Verdes”, un ambicioso proyecto que, durante los próximos tres años, busca mejorar los medios de vida y el bienestar de las poblaciones urbanas y periurbanas de al menos 100 ciudades (15 grandes urbes, 40 medianas y 45 pequeñas). Aunque eso es solo el inicio, pues se propone que el proyecto incorpore a 1.000 ciudades desde ahora hasta 2030.
Ciudades más saludables
Para llegar a esa meta, las ciudades implicadas orientarán sus políticas públicas en mejorar el entorno urbano, garantizando el acceso a un medio de vida saludable y a una dieta adecuada a través de sistemas alimentarios sostenibles. La FAO entiende que no se trata solo de alimentar a millones de personas, sino también de que todas ellas puedan acceder a una alimentación a base de productos frescos y nutritivos obtenidos de manera sostenible.
Vicente Domingo, director del Centro Mundial de València para la Alimentación Urbana Sostenible (CEMAS), afirmaba en el evento de presentación de este proyecto que en las ciudades hay recursos, tecnología y conocimiento suficientes para lograr un modelo que permita a todos sus habitantes alimentarse adecuadamente. Esa creatividad ha quedado demostrada en los cientos de huertos urbanos construidos en sitios inesperados, en la incorporación de estaciones de polinización en los techos de las paradas de buses y, en general, en iniciativas grupales o individuales que asume una ciudadanía dispuesta a incorporar hábitos más productivos con el medio ambiente. Potenciar y canalizar toda esta energía debe suponer un cambio radical para todos.
Desafíos múltiples y encadenados
Con la iniciativa “Ciudades Verdes” se desea abordar múltiples desafíos que están íntimamente relacionados entre sí. Uno de los más importantes consiste en mejorar el vínculo entre el mundo urbano y el rural pues son ámbitos que en este momento viven de espaldas, como si no tuvieran nada que ver. Otro supone aportar mayor resiliencia a los sistemas urbanos, tratando de disminuir su vulnerabilidad ante cualquier incidencia. Y uno más que se ha sumado recientemente a la lista consiste en abordar la crisis sanitaria y económica derivada del COVID-19. Porque quienes ya se encontraban en una posición vulnerable antes de la pandemia hoy están todavía más lejos de acceder a una alimentación saludable y, por lo tanto, se encuentran ante un riesgo mayor de sufrir enfermedades.
No obstante, al margen de esta coyuntura concreta de la pandemia, la propuesta de FAO mira hacia el largo plazo para analizar los errores más evidentes en los sistemas alimentarios y a partir de allí trazar un plan que permita a las ciudades desarrollarse mejor. En este momento en el que nos encontramos, a diez años del hito histórico de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, “necesitamos un cambio de mentalidad profundo y debemos remodelar nuestros enfoques institucionales”, ha declarado el señor Qu, director general de FAO.
Una oportunidad para reconstruir mejor
En este cambio de mentalidad se incluye una mejor coordinación de todos los actores implicados que permita avanzar unidos a las entidades regionales y nacionales, a los ayuntamientos, el sector privado, las instituciones académicas, las organizaciones internacionales y las comunidades. El trabajo colaborativo, la cooperación y el espacio para compartir conocimientos y experiencias entre ciudades adquiere más importancia que nunca. Este es uno de los motivos fundamentales para la creación de esta red de Ciudades Verdes, porque su existencia promoverá el intercambio de buenas prácticas, aciertos y oportunidades de mejora.
Como también indica el líder de FAO, esta iniciativa es producto de una nueva forma de pensar. Anima a las ciudades a unirse a la propuesta de FAO y a apoyar la iniciativa con un método de ejecución innovador.
La idea ya está lanzada. Seguro que en poco tiempo comenzaremos a dar cuenta, en este mismo Magazine, de propuestas interesantes y viables en muchos lugares del mundo.