Cultura, arte y alta cocina: la iniciativa solidaria de Massimo Bottura pisa suelo estadounidense

La inspiración viene de todas partes. Y a la hora de mejorar el bienestar social y la sostenibilidad de los sistemas alimentarios la ONG Food for Soul se apoya en el arte, la comida y la cultura. Tras el éxito de sus proyectos, la organización dirigida por la artista Lara Gilmore y el chef Michelín Massimo Bottura, Embajador de las Naciones Unidas para el desperdicio alimentario, desembarcó en San Francisco y Nueva York para ofrecer un servicio social único a personas en situación de calle.
Nutrir cuerpo y alma
Históricamente, los refettorios eran lugares donde los monjes comían y leían la Biblia. Un espacio donde podían alimentarse en cuerpo y alma, sintiéndose parte de una comunidad. Hace cinco años, siguiendo ese mismo espíritu, Bottura instaló el primer refettorio en Milán.
Ya hay nueve de estos espacios en todo el mundo y quienes acuden a ellos reciben un servicio de mesa elaborado por chefs de alta cocina a partir de excedente alimentario, comida apta para consumo humano que de otro modo iría a parar al contenedor. Pero el refettorio es mucho más que un comedor social saludable: “Esto no es caridad, es un proyecto cultural. Se trata de cambiar la mentalidad de la gente”, señala Massimo
Devolver la dignidad a través de una experiencia culinaria
Además de ofrecer deliciosos platos, tienen un enfoque común basado en el valor de la hospitalidad. En sus paredes cuelgan obras de arte realizadas por artistas de moda, como JR o Enzo Cucchi. También ofrecen actividades: talleres para empoderar a las comunidades locales, formación culinaria y oportunidades laborales para quienes se enfrentan a barreras económicas.
En estos espacios comunitarios los huéspedes redescubren el potencial de los excedentes alimentarios y se sienten parte de una comunidad. De esta manera, Food for Soul estimula el progreso social, fomenta la solidaridad alimentaria y refuerza la resiliencia. “La idea del refettorio es luchar contra el desperdicio de comida, pero también devolver la dignidad a las personas. ¿A través de qué? A través de la belleza. Porque la belleza cambia el mundo”.
La iniciativa de Massimo nos muestra que el excedente de alimentos no es basura, sino ingredientes que pueden aprovecharse para resurgir en platos deliciosos. ¿Cómo aprovechas tú el desperdicio alimentario que generas en casa?