¿Sabías que un tercio de los alimentos que se producen a nivel mundial se pierde o se desperdicia? Mientras tanto, para 870 millones de personas comer es un reto diario. Esa verdura o esa fruta que se está echando a perder en tu refrigerador o en las góndolas del mercado cobra otro significado, ¿no es así?
Para concienciar a la población y promover los esfuerzos mundiales para resolver este problema, la 74º Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 29 de septiembre como el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos (resolución A/RES/74/209). La jornada, que se celebró por primera vez este año, es una oportunidad para visibilizar la necesidad de reducir la pérdida y el desperdicio alimentario (PDA), y cómo ello puede contribuir al desarrollo sostenible.
Si analizamos el desperdicio o pérdida más allá de nuestro plato, de nuestro refrigerador o de los productos disponibles en la tienda, entenderemos que no solo estamos desperdiciando alimentos, sino también recursos como el suelo, las semillas y el agua, entre otros insumos. Recursos que son especialmente costosos porque, bien administrados, serían la clave para que más personas puedan comer y, además, comer saludable.
Además de acercarnos al objetivo Hambre Cero y mejorar la nutrición, el uso eficiente de la tierra, del agua y de los recursos energéticos permite reducir el impacto ambiental que provoca la producción de alimentos (aquí tienes más detalles). Según datos de la FAO, la pérdida y desperdicio de alimentos consume el 21% del agua dulce, el 18% de tierras de cultivo y el 21% de los rellenos sanitarios. ¿Qué esperamos para mejorar estas cifras?
El punto de partida es poco alentador y encontrar una solución es tarea de todos. Haz clic aquí para ver en números todo lo que estamos perdiendo y desperdiciando. La necesidad es urgente: ¡SÚMATE!