«Conocemos el qué. Ahora nos falta averiguar cómo». Esta frase, pronunciada por la Vicesecretaria General de las Naciones Unidas, Amina J. Mohammed, en la primera jornada de la Precumbre de Sistemas Alimentarios quizá resuma el sentir de muchos de los allí congregados. El otro gran punto de acuerdo, especialmente tras conocer los últimos datos de El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, es que la situación actual es inaceptable.
Con estos mimbres, centenares de participantes analizan cómo transformar nuestros sistemas alimentarios. La Precumbre se desarrolla desde la sede de la FAO en Roma, en formato híbrido (presencial y telemático) y puede seguirse con facilidad tras una sencilla inscripción que permite el acceso a cualquiera de las sesiones que esté en marcha. El primer ministro italiano, Mario Draghi, y el Presidente ruandés, Paul Kagame, encabezaron los llamamientos a los países para que se comprometan de forma decidida a transformar sus sistemas alimentarios durante los discursos de apertura.
Es tarea complicada recoger las innumerables intervenciones que se han ido produciendo. A pesar de que son muchos los convocados, desde algunos sectores se ha cuestionado a la organización de esta Cumbre por considerar que no están presentes todas las voces. Preguntada por esta cuestión, Amina J. Mohammed, señaló que se ha intentado que todos los sectores estén presentes: «la Cumbre es inclusiva. No será perfecta, pero creemos que todas las voces están representadas». En cuanto al papel que juegan los estados, también convocados a esta Cumbre, aseguró que «hay países que todavía no han entendido que tienen que implicarse en la transformación de los sistemas alimentarios».
En diferentes intervenciones durante la primera jornada de este encuentro se insistió en la necesidad de tener en cuenta la financiación, imprescindible para llevar a cabo las transformaciones necesarias. El ministro de cooperación económica alemán, Gerd Müller, afirmó que «un mundo sin hambre es posible. Tenemos los conocimientos, tenemos la tecnología, pero necesitamos más dinero y más inversión para erradicarla». La vicepresidenta de Uruguay, Beatriz Argimón, dijo que es necesario «celebrar y potenciar la increíble resiliencia de las mujeres y su papel clave para la transformación de los sistemas productivos».
Una de las participantes en representación del sector productor, Cherrie Atilano, señaló la paradoja de que los pequeños productores, que nos proveen de alimentos a los demás, son precisamente quienes no pueden disponer de una dieta saludable en sus platos.
Desde el sector de la producción en Asia, Reema Nanavaty, reclamó mejoras sociales para los pequeños productores y que se reconozcan los derechos de las mujeres. Desde este mismo sector pero en otra zona geográfica, la europea, se pedía un trabajo compartido en los acuerdos comerciales para que todos lleguen al nivel de exigencia que se da en Europa. Pero si en algo coincidieron todas las personas que intervinieron en representación del sector de la producción fue en pedir que se reconozca el papel de los productores y productoras.
Hay visiones más o menos optimistas o pesimistas sobre los resultados de este encuentro. En este sentido, Gilbert Houngbo, presidente del FIDA, señaló que «todos estamos de acuerdo en una cosa: la situación actual no es aceptable. Reconocer esto ya es un paso importante» y animó a «mantener vivo el entusiasmo nacido con estos diálogos» una vez concluyan. David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (WFP) por su parte, calificó de «vergüenza» lo que está ocurriendo en el planeta y criticó que en los medios de comunicación nadie habla de la hambruna: «llegó el covid y todos nos levantamos para responder. Llega el hambre ¿y?…» se cuestionó. En este sentido, el Papa Francisco, a través de un mensaje leído por Paul Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, dijo que eliminar el hambre no es suficiente. Insistió al mundo para que se comprometa a «diseñar sistemas alimentarios que protejan la tierra y mantengan la dignidad de las personas humanas en el centro».