FAO quiere dar un nuevo impulso a las SIPAM

Cuando James Temba crecía en el Monte Kilimanjaro, solía ver cómo sus padres eran uno con la naturaleza. Kihamba. Así le llaman a la tierra que heredaron de sus ancestros y que los provee de alimento de proximidad y genera ingresos a su familia.
Este es uno de los más de 60 sitios que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoce como un espacio agrícola único, bajo la etiqueta de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM). Estos espacios se han convertido en agroecosistemas gracias a la simbiosis con la naturaleza y al uso sostenible de los recursos y están habitados por comunidades que viven en una relación intrínseca con su territorio, protegen la biodiversidad y cuidan una tierra que funciona como un oasis de seguridad alimentaria frente a las vicisitudes del cambio climático.
Muchos de los SIPAM han sobrevivido durante siglos, en algunos casos, milenios. Y lo han hecho gracias a las prácticas y técnicas agrícolas que generaciones de agricultores, pescadores y pastores han creado y mantenido a lo largo de los años. Sin embargo, se encuentran amenazados por cuestiones diversas como las consecuencias del cambio climático, la presión sobre los recursos naturales o los efectos de la descampesinización.
No podemos permitir que se abandonen las prácticas agrícolas tradicionales de estos sitios ni asumir sus graves consecuencias, como la pérdida de variedades y de especies locales. Por eso, la FAO puso en marcha el programa SIPAM hace 16 años para promover la conservación dinámica de estos sistemas, intentando lograr un equilibrio entre conservación, adaptación sostenible y desarrollo socioeconómico.
¿El principal desafío? Preservar estas prácticas
La forma en la que FAO consigue conservar los espacios SIPAM es a través de incentivos económicos e iniciativas que fortalezcan el vínculo con la identidad territorial. El año 2022 marca el vigésimo aniversario del Programa y la organización ha decidido darle un nuevo impulso.
Una de las iniciativas más recientes en la incorporación de un equipo de expertos que trabajará en forma conjunta hasta finales del 2023 como grupo asesor de la FAO. Su tarea es analizar y evaluar la información proporcionada en cada propuesta de sitio SIPAM, dirigir visitas de campo y proporcionar documentos técnicos y orientaciones científicas. El grupo asesor, por lo tanto, cumple un papel central a la hora de ejecutar procesos de evaluación sólidos y transparentes.
El grupo está conformado por ocho expertos de diferentes áreas de especialización, designados por el director general de la FAO, Qu Dongyu. Los integrantes son García Álvarez-Coque (España); Patricia Bustamante (Brasil); Tiziano Tempesta (Italia); Li Xiande (China); Yagi Nobuyuki (Japón); Helida Oyoeke (Kenia); Catherine Tucker (Estados Unidos) y Slim Zekri (Túnez).
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