Son los que constituyen el registro de SIPAM, Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial. Un reconocimiento que FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) ha concedido hasta ahora a cerca de 60 sistemas agrarios en todo el mundo. Son sistemas agrícolas diversos, adaptados localmente, gestionados durante siglos por agricultores, pastores, pescadores y silvicultores que han dado lugar a paisajes extraordinarios que combinan biodiversidad agrícola, ecosistemas resilientes y patrimonio cultural.
FAO pretende de esta forma reconocer unos sistemas agrícolas que se encuentran cada vez más amenazados por cuestiones diversas como las consecuencias del cambio climático, la presión sobre los recursos naturales o los efectos de la migración relacionada con su difícil viabilidad económica. Se produce así el abandono de prácticas agrícolas tradicionales con la consiguiente pérdida de variedades y especies endémicas y locales. El programa SIPAM se puso en marcha por FAO hace 16 años para promover la conservación dinámica de estos sistemas intentando lograr un equilibrio entre conservación, adaptación sostenible y desarrollo socioeconómico.
Una de las últimas incorporaciones a la lista de SIPAM nos es muy cercano y familiar: el sistema de regadío histórico de la huerta de València, una red de acequias y de gestión tradicional del agua que durante siglos ha contribuido a estabilizar y regular el suministro y uso del agua, en conexión con un paisaje de inestimable valor como es el de la Albufera. Esta nueva incorporación se ha hecho pública tras la décimo primera reunión del Comité de FAO encargado de valorar las propuestas de SIPAM. El sistema de regadío de la huerta de València se une a otros sistemas como las terrazas de arroz de Hani (China), el sistema agrícola andino del Corredor Cuzco-Puno (Perú) o el sistema pastoril Maasai (Kenia y Tanzania), entre otros, hasta un total de cerca de sesenta.
Puedes encontrar aquí más información sobre los SIPAM.