Hand in Hand: tecnología digital para sociedades rurales prósperas

Si hay algo en lo que ha tenido éxito la pandemia ha sido en mostrarnos hasta qué punto somos vulnerables los seres humanos. Además de la amenaza sanitaria, la COVID-19 ha puesto sobre la mesa muchos fallos de las estructuras que alguna vez consideramos sólidas. Sabíamos que nuestros sistemas alimentarios necesitarían transformarse, pero esta necesidad se ha hecho más que evidente por el desarrollo de la enfermedad. Se ha sentido en muchos hogares, afectando principalmente a las familias más vulnerables, para quienes conseguir alimento accesible y saludable ha sido un reto diario.
El director general de la FAO, Qu Dongyu, sin embargo, lo verbaliza como una oportunidad de mejora: “la pandemia ha desnudado las debilidades de los sistemas alimentarios mundiales, pero nos ha brindado la oportunidad de reconstruir mejor”. Según la organización, el hambre ha ido en aumento durante los últimos cinco años y la COVID-19 está poniendo en peligro la seguridad alimentaria y nutricional de hasta 132 millones de personas más. Por eso es necesario que todos trabajemos para construir nuevos sistemas sin dejar a nadie atrás.
El desarrollo: a tono con las necesidades de cada país
Con estos nuevos desafíos en su agenda, la FAO ha trazado una hoja de ruta que establece tres grandes prioridades: la primera es lograr sistemas alimentarios sostenibles que aseguren dietas saludables para todos; la segunda promover una agricultura sostenible y resiliente; y la tercera consiste en potenciar la iniciativa Hand in Hand, una plataforma diseñada para lograr sociedades rurales prósperas e inclusivas.
La plataforma fue lanzada hace un año, pero se está viendo potenciada después de la COVID-19 puesto que sus objetivos ayudarán a concretar cuanto antes los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La idea central del proyecto es acelerar la transformación agrícola ofreciendo, en formato abierto datos económicos, estadísticos, espaciales y analíticos para dirigir y fomentar con precisión las inversiones orientadas al desarrollo. Para ello, de forma gratuita, todo el mundo podrá a acceder a tecnología punta.
Un millón de capas geoespaciales: la Plataforma Geoespacial de la FAO
Una de las herramientas más relevantes que la FAO pone a disposición de la nueva agricultura son los datos de su Plataforma Geoespacial que, como señala el director general de la FAO, “sirve como un bien público digital para crear mapas de datos interactivos, analizar tendencias e identificar brechas y oportunidades en tiempo real”. Esta innovadora herramienta despliega un millón de capas geoespaciales y miles de series estadísticas con registros de metadatos, que permiten acceder a información geográfica y datos estadísticos sobre más de diez dominios vinculados a la alimentación y la agricultura. Gracias a ella, cualquier usuario puede acceder a datos sobre la seguridad alimentaria, cultivos, suelo, tierra, agua, clima, pesca, ganadería y silvicultura, solo por nombrar algunas variables.
¿Por qué es esto tan importante? Porque a través de la capacitación que también ofrece FAO, será posible interpretar los datos que sirvan para tomar decisiones más acertadas, que promuevan la seguridad alimentaria y nutricional y, por último, que permitan un abordaje más igualitario e inclusivo. Éstos son algunos de los usos:
- Monitorear las tendencias de precipitación
- Detectar los sistemas agrícolas en riesgo debido a la presión humana sobre los recursos naturales
- Determinar la distribución de especies acuáticas
- Comparar la densidad de la población humana con la distribución del ganado
Big Data: El Laboratorio de Datos para la Innovación Estadística
Otro de los instrumentos clave ofrecidos por FAO es el Laboratorio de Datos para la Innovación Estadística. Este laboratorio hace uso de fuentes de datos no convencionales que también resultan fundamentales a la hora de tomar decisiones y evaluar el impacto de las acciones. Su acción resulta fundamental porque, en tiempos de crisis, la necesidad de información puntual y precisa puede significar un antes y un después en la velocidad de respuesta de los países y en la formulación de sus políticas.
A través de este tipo de iniciativas, FAO pretende impulsar sistemas rurales más ricos, con abundante empleo no agrícola, participación de la inversión privada y acceso garantizado a internet, servicios de información y telecomunicaciones. Todos estos constituyen elementos esenciales para la transición a la agricultura digital y a sociedades rurales digitales. “La FAO digital es más transparente, más abierta al diálogo y más inclusiva y, por sobre todas las cosas, puede atender en mayor medida las necesidades y prioridades de sus Miembros”. La innovación, datos y tecnologías digitales son fundamentales para alcanzar los ODS. “Son el único camino por el que lograremos avanzar”, agrega Qu Dongyu.