Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), nuevos enjambres de langostas del desierto se están gestando en el Gran Cuerno de África y amenazan los medios de vida agrícolas y el alimento de millones de personas.
A principios de este año, la región fue testigo de una de las peores infestaciones de langostas del desierto. Una nueva crisis podría tener consecuencias devastadoras para las comunidades afectadas por sequías recurrentes, conflictos, altos precios de los alimentos y la COVID-19.
“Ya se están formando nuevos enjambres que amenazan con volver a invadir el norte de Kenia y la reproducción también está en marcha en ambos lados del Mar Rojo, lo que representa una nueva amenaza para Eritrea, Arabia Saudita, Sudán y Yemen”, expresó la FAO en un comunicado.
Las operaciones de control de la ONU, en las que se trataron más de 1,3 millones de hectáreas de plagas de langostas en diez países, evitaron la pérdida de aproximadamente 2,7 millones de toneladas de cereales. Ahora, deben intensificarse los esfuerzos para proteger la producción de alimentos y evitar que empeore la inseguridad alimentaria en los países afectados.
El director general de la FAO, Qu Dongyu, sostiene que no debemos rendirnos: “Los agricultores, cuyos medios de vida se han visto afectados, necesitan más apoyo y las capacidades nacionales para monitorear y responder a la langosta del desierto aún deben fortalecerse”, concluyó.