Mette Lykke: “Necesitamos un cambio de comportamiento, no basta con que sepamos lo grande que es el problema del despilfarro de alimentos”

La comida nos conecta. Es parte de nuestra identidad y de nuestra cultura. También es disparador de nuestros recuerdos. Lo comprobamos cada vez que un aroma o sabor nos hace viajar a través del tiempo. Si tanto significa para nosotros, ¿por qué la tiramos a la basura?
Tirar alimento al contenedor es mucho más que el acto de desecharlo: está destruyendo nuestro planeta. Hablamos con Mette Lykke, la directora ejecutiva de Too Good to Go, la famosísima app móvil que permite a restaurantes, supermercados y otros establecimientos vender el excedente de comida diaria, ofreciendo packs de alimentos de calidad a un precio muy asequible.
A casi cuatro años de su lanzamiento, la aplicación es un éxito en 15 países y, desde entonces, no ha hecho más que crecer y expandirse. Sus puntos fuertes son Francia, Alemania y los Países Bajos; mientras que el Reino Unido, España e Italia destacan por su rápido crecimiento. “En promedio, salvamos 120 000 packs de comida al día”, señala Mette. “Batimos un récord el viernes pasado cuando alcanzamos los 131 000 packs, últimamente todos los viernes nos superamos”, agrega con entusiasmo refiriéndose al último viernes de enero.
— Para los que hacen Too Good to Go estas cifras deben significar mucho.
— “Claro que sí. Nos centramos mucho en cómo podemos escalar nuestro concepto. El desperdicio de alimentos es un problema sumamente importante, pero si consideramos que casi el 10% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero proceden del despilfarro de alimentos, es evidente que todavía falta mucho para revertir el problema.
Por eso, para Too Good to Go, salvar una comida y media por segundo es un buen punto de partida, pero habiendo tanta comida que se desperdicia (más de 50 toneladas cada segundo), está claro que tenemos mucho trabajo por delante. Por eso nos centramos en cómo podemos resolverlo y tratamos de mantener conceptos sencillos para que sea más fácil trasladarlos a otros países y a nuevas ciudades dentro de cada país.”
Según datos de la FAO, tiramos a la basura un tercio de lo que producimos a nivel mundial. Con cada alimento desechado, no solo perdemos comida que podría alimentar a una persona hambrienta, sino también perdemos todos los recursos que se han empleado para producirla, desde agua hasta mano de obra. El costo social, económico y ambiental de ese desperdicio es altísimo y, sobre todo, insostenible.
— ¿Crees que esta aplicación, y la tecnología en general, pueden ayudar a cambiar la actitud de la sociedad hacia la comida?
— “Sí, eso creo. Solo tenemos que pensar en cómo la aplicamos. Es positivo que nos centremos en la tendencia que pone a la tecnología al servicio del bien común y en lo que respecta concretamente al desperdicio de alimentos, hay muchas cosas en las que la tecnología puede ayudar.
Una de ellas es, por supuesto, ayudar a las tiendas a predecir mejor lo que van a vender, para evitar el desperdicio de alimentos incluso antes de que se produzca.
Además, las plataformas como Too Good to Go ofrecen a los comercios un último recurso para no tener que tirar la comida. Por otro lado, a nivel del consumidor, tienes la posibilidad de saber cómo puedes hacer la compra de forma más eficiente, cómo aprovechar esos productos que ocupan un lugar en la nevera y están a punto de caducar, y cómo administrarlos mejor, entre otras cosas. En todo esto, la tecnología puede ayudar y hay tantas opciones por ahí… es más una cuestión de averiguar cómo navegar por todas ellas.”
No es la primera vez que Mette apuesta al mundo de la tecnología. Su pasado emprendedor destaca por Endomondo, una aplicación de entrenamiento físico personal que cofundó en un momento en el que la masificación de los smartphones todavía estaba en pañales y ni siquiera contaban con GPS. El éxito de la app llamó la atención de UnderArmour, que la compró por US$85 millones.
— ¿Considera que los jóvenes y los habitantes de las ciudades están apoyándose en la tecnología para ejercer (o incluso exigir) un consumo responsable?
— “Parte del poder de la tecnología es que nos permite conectar personas. En nuestro caso, la app de Too Good to Go hace posible la conexión entre los consumidores y los comercios, sin la tecnología esa comunicación es muy difícil y lo máximo que pueden hacer las tiendas es básicamente pegar una etiqueta de descuento en el producto que está a punto de caducar. Gracias a la tecnología y a esa conexión, los usuarios pueden ver con anticipación lo que se ofrece en la plataforma y eso es realmente lo que nos permite hacer la diferencia.”
Meses después de vender Endomondo, Mette decidió invertir en Too Good to Go e incorporarse al movimiento como directora ejecutiva.
— Hablemos de la historia de la compañía
— “Nuestra historia empezó con un grupo de daneses que querían salvar comida, sorprendidos al ver la cantidad de comida que se tira en un día normal en un restaurante. A partir de allí, el movimiento se extendió con bastante rapidez a otros países. Cuando empezamos a darle un marco a las cosas y a entender las reglas de juego, pudimos atraer la financiación que nos permitiría escalar aún más. Ahora estamos en 15 países, 14 en Europa y en Estados Unidos. Nuestro plan es salvar mil millones de comidas para el 2024, un objetivo bastante ambicioso pero que asumimos con entusiasmo.”
La aplicación supera ya los 32 millones de usuarios y agrupa a personas de todos los grupos demográficos, géneros y estatus social. ¿Qué tienen en común? La preocupación por el medioambiente. Los comerciantes, por su parte, superan los 60 000 hasta el momento.
— ¿Quiénes son los que aportan esos alimentos?
— “Empezamos con los restaurantes de bufés, pero los tipos de comercios fueron variando a lo largo del tiempo. Los bufés son una forma eficiente de ofrecer alimentos a las personas, pero también es una forma bastante segura de generar una gran cantidad de desperdicio de alimentos al final del día. Empezamos con ese segmento y luego añadimos a las panaderías. Desde entonces hemos sumado muchos otros tipos de comercios, como supermercados, hoteles, restaurantes de sushi, comedores de empresa y, desde la COVID-19, también muchos productores.”
Salvar comida a través de la app tiene muchas ventajas. Los consumidores obtienen comida deliciosa a buen precio, y los comerciantes reducen el desperdicio y atraen nuevos clientes, todo esto mientras se beneficia al medio ambiente reduciendo los residuos.
— En un comienzo, el objetivo era crear un mercado para evitar que la comida apta para el consumo humano acabe en la basura. ¿Esto ha ido cambiando con el paso del tiempo?
— “Creo que el núcleo de Too Good to Go no ha cambiado realmente en su esencia. Sí ha cambiado en el hecho de que ahora pensamos en el mercado como un punto de partida para ayudar a construir un movimiento mundial contra el desperdicio de alimentos.
Para conseguirlo, impulsamos una serie de iniciativas focalizadas en hogares, empresas, educación y política, con el propósito de cambiar la mentalidad y concienciar sobre el despilfarro de alimentos, además de dar un sentido de urgencia al problema y hacer que la gente cambie sus hábitos. Porque, en realidad, lo que necesitamos es un cambio de comportamiento, no basta con que sepamos lo grande que es el problema del despilfarro de alimentos.
Además de eso tenemos que hacer compras inteligentes, aprender a gestionar los alimentos de la nevera, entre otras cosas, y por eso destinamos nuestros esfuerzos a impulsar iniciativas dirigidas a ello. Un ejemplo reciente es el de la campaña por las fechas en el etiquetado, que hemos realizado en la mitad de los países en los que operamos y que sirvió para concienciar a los consumidores sobre cuestiones que van más allá de nuestro modelo de negocios.”
Con el mar de etiquetas que existen en las tiendas, ¿quién no ha dudado alguna vez? Según la Comisión Europea, es precisamente esa variedad la que confunde a los consumidores y la que hace que éstas pierdan credibilidad. Los números hablan por sí solos: en Europa, las fechas de caducidad y de consumo preferente representan el 10% de los 88 millones de toneladas de alimentos que se tiran a la basura.
— Una buena gestión de los alimentos podría ayudar a revertir las cifras del hambre y el calentamiento global…
— “Definitivamente. En lo que respecta al calentamiento global, está demostrado que el desperdicio de alimentos es la acción número uno que podemos tomar a nivel mundial para luchar contra el cambio climático. Especialmente si consideramos que casi el 10% de las emisiones provienen del desperdicio de alimentos. Desde el punto de vista medioambiental es un gran problema.
En cuanto al aspecto social, es más complicado, porque muchos de estos alimentos se desperdician en zonas donde escasean. El mundo tiene una cantidad limitada de recursos, definitivamente tenemos que distribuirlos mejor y eso empieza por no tirar comida.”
Cuando hacemos una buena gestión de los alimentos, todos ganamos. ¿Te apuntas a evitar el desperdicio?