Proteinleg: diseñando los alimentos sostenibles del futuro

¿Sabías que las legumbres podrían ser la respuesta para muchos de los desafíos alimentarios y ambientales a los que nos enfrentamos? Estas plantas asequibles han sido una parte esencial de la alimentación humana desde hace miles de años, pero su valor nutricional y su capacidad para recuperar la riqueza de los suelos no son suficientemente reconocidas. En medio de una agricultura intensiva basada solo en un par de cereales, las necesitamos más que nunca. Y la iniciativa Proteinleg está dispuesta a impulsarlas hacia el futuro.
Apostar por las legumbres tradicionales y silvestres
Proteinleg es una iniciativa española de carácter multidisciplinar que ha reunido a grupos de expertos de varias autonomías. ¿El objetivo? desarrollar nuevas fuentes de alimentos ricos en proteínas vegetales con los que alimentar a personas y ganados de manera saludable y sostenible. El proyecto culminó en marzo con unos resultados sobresalientes.
En una primera instancia, el equipo de investigación seleccionó para cada legumbre las variedades mejor adaptadas a cada terreno, sin dejar de lado el rendimiento. ¿Y por qué apostar a ellas? Vamos a verlo:
- Necesitan muy pocos fertilizantes gracias a su capacidad de fijación de nitrógeno
- Incrementan la producción en cultivos rotativos
- Disminuyen la degradación de la tierra
- Son una parte fundamental de la dieta mediterránea: tienen un bajo índice glucémico, buen perfil antioxidante y gran capacidad de retención de agua y de absorción de grasas
En la selección se tuvieron en cuenta 175 variedades, tanto tradicionales como silvestres. Allí estaban el guisante, la judía y el altramuz, procedentes del banco de semillas de la Misión Biolóxica de Galicia (MBG). Para su cultivo, se utilizaron métodos de producción y procesamiento optimizados y sostenibles, priorizando la agricultura de proximidad.
Guisantes con sabor a pescado y piensos sostenibles
Una vez seleccionadas las mejores variedades para cada terreno y estudiada su sostenibilidad, se pasó a analizar sus posibles usos.
Una de las leguminosas que se destacó por su valor nutricional y sus características fisicoquímicas fue el guisante, a partir del cual se desarrolló una proteína texturizada con la que se realizó un prototipo de esa alimentación del futuro que se investiga. Este prototipo es un alimento con una textura similar al pescado y un sabor muy semejante al atún que nutricionalmente resulta muy interesante por su alto contenido en proteína y en omega-3.
En las catas y degustaciones quedó muy claro que su introducción en el mercado es viable. Además, permite un interesante escalado industrial.
En el caso de los piensos para animales, los avances también fueron reveladores: la investigación logró un alimento con características analíticas similares a las de los piensos comerciales y con unos precios más asequibles. El dato es importante pero además hay que tener en cuenta que esta alternativa aliviaría la presión sobre los recursos naturales y nos acercaría a una ganadería más sostenible y menos dependiente de las importaciones de soja.
El proyecto Proteinleg está protagonizado por la Fundación Empresa Universidad Gallega (FEUGA) que cuenta con la participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través de la Misión Biolóxica de Galicia (MBG); el Centro Tecnolóxico da Carne (CTC), Almacenes Gamallo, Semillas Ramiro Arnedo y MIMIC SeaFood. Además, cuenta con la cofinanciación del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en España (MAPA).
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