Seis estrategias innovadoras para no seguir tirando comida

Durante siglos se usaron diferentes modos de prolongar la vida útil de los alimentos, desde la sal hasta el secado al sol de los encurtidos. Hoy tenemos muchas tecnologías e ideas llenas de ingenio para mejorar la forma en que se producen, distribuyen y consumen nuestros alimentos. Echemos un vistazo a algunas de las propuestas más prometedoras:
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Etiquetas inteligentes
La empresa española Oscillium ha desarrollado etiquetas inteligentes biodegradables que cambian de color a medida que el alimento pierde frescura.
Para el comerciante la etiqueta funciona como una alarma visual que le permite identificar rápidamente qué productos se han visto alterados durante el transporte y almacenamiento, cuáles requieren de una salida más inmediata o ser donados a quienes más lo necesitan.
Para el consumidor es una herramienta muy amigable para priorizar en sus preparaciones aquellos alimentos menos frescos, con la ventaja de que funciona incluso después de que el envase haya sido abierto o desechado. Sí, mientras la etiqueta esté en contacto con el alimento, tendremos información sobre su estado en tiempo real.
Esta innovación es especialmente interesante porque garantiza que los alimentos no van a acabar en la basura por un error en la interpretación de las etiquetas convencionales. De hecho, según los datos, el 10% de los alimentos desperdiciados en la Unión Europea se asocia al marcado de la fecha y el 50% de ellos se produce en los hogares.
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Absorber etileno para frenar el deterioro
A medida que maduran, las frutas y las verduras emiten etileno, que a su vez acelera el proceso de maduración de otros alimentos. La empresa estadounidense Bluapple diseñó distintas herramientas que se basan en este principio sobradamente conocido. La más interesante es un pequeño dispositivo que absorbe el etileno y puede colocarse directamente en contacto con los alimentos. También ofrece envases inteligentes reutilizables que extraen el etileno que produce la fruta o verdura en su interior y dejan entrar aire fresco, mientras ajusta la humedad que requiere el contenido.
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Más datos para salvar los alimentos
Una de las estrategias para evitar que se pierdan alimentos pasa por la acumulación e interpretación de datos. En ese camino, la empresa del Reino Unido Winnow propone herramientas que monitoriza las cocinas, identifica los alimentos que se desechan en los restaurantes y luego aplica la inteligencia artificial para ofrecer propuestas de mejora. De ese modo, los chefs reciben la información necesaria para que sus procesos de producción puedan reducir los residuos de alimentos ¡a la mitad!
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Donaciones seguras, transparentes y automatizadas
Otra empresa que lucha para prevenir el desperdicio de alimentos a través de la digitalización es la española Oreka, que permite que las empresas donen sus excedentes alimentarios a ONGs a través de un proceso transparente y automatizado. Es un servicio muy interesante para cocinas centrales, productores, colegios o supermercados porque, además de asegurar el destino de sus excedentes, acumulan datos de su sobreproducción para mejorar sus compras.
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Ama también lo imperfecto en la comida
En México, la empresa Perfekto acerca a los consumidores cajas de frutas y verduras imperfectas, que de otro modo habrían sido desechadas por no cumplir los requerimientos estéticos.
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No es desperdicio, es una nueva materia prima
Nuestro planeta nos pide a gritos que abandonemos definitivamente el esquema lineal de producción, consumo y desecho para convertirlo en un modelo circular donde todo se aprovecha. ¿Qué podemos hacer con esos alimentos que, a pesar de nuestros esfuerzos, acaban en la basura?
Hay varias iniciativas que contribuyen a este cambio, como la estadounidense Kore Infrastructure, que produce biogás mediante un tratamiento térmico amigable con el medio ambiente de los desechos alimentarios, e InnoLarva, que transforma residuos agroalimentarios en biomasa a partir de un proceso de degradación en el que participan larvas de insectos.