El impacto de los sistemas alimentarios sobre el cambio climático es mayor de lo calculado hasta ahora si se tienen en cuenta las actividades previas y posteriores a la producción. Es decir, cadena de suministro, venta minorista, consumo y eliminación de desechos. Así se ha puesto de manifiesto en un reciente informe titulado Emisiones de gases de efecto invernadero de los sistemas alimentarios: construyendo la base de pruebas. En el informe se señala que «en conjunto, el sistema alimentario mundial representa una oportunidad de mitigación de gases de efecto invernadero mayor de lo que se había estimado anteriormente».
Las conclusiones de este informe impulsado por FAO y, sobre todo, la cuantificación de las emisiones se analizarán en la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios que tendrá lugar en septiembre. En este estudio se ha intentado incorporar todas las actividades relacionadas con los alimentos generadoras de emisiones. Desde el cambio de uso de tierras hasta otras fuentes de emisión posteriores a la producción, como son, por ejemplo, el transporte doméstico de alimentos y el desperdicio de alimentos. Algunas de estas categorías no se habían incorporado a las evaluadas por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Los responsables de este estudio se muestran partidarios de llevar a cabo una contabilidad más precisa de las emisiones relacionadas con los sistemas alimentarios, sin dejar fuera ningún factor.
Al tener en cuenta las nuevas variables se pone de manifiesto que las emisiones de las actividades previas y posteriores a la agricultura son casi equivalentes a las emisiones generadas por la agricultura propiamente dicha. No obstante, la mayor contribución a las emisiones sigue siendo el cambio de usos de la tierra, como la deforestación. Un aspecto positivo es que este factor, aun siendo el principal contribuyente, viene disminuyendo desde 1990. El informe señala que «si bien las emisiones del cambio de uso de la tierra han disminuido con el tiempo, las emisiones del uso de energía más allá de la puerta de la granja se convertirán en un componente cada vez más importante de las emisiones totales del sistema alimentario en las próximas décadas». En este sentido, el informe precisa que «las emisiones del sistema alimentario son más sustanciales en los países en desarrollo, donde a menudo representan más de la mitad del total de todas las actividades económicas».
Otro dato significativo es que las emisiones atribuibles al transporte interno de alimentos han aumentado cerca de un 80% desde 1990 y casi se ha triplicado en los países en desarrollo.