Una nueva visión en la agricultura y ganadería: más precisión y más datos

Cuando Johannes Gutemberg imprimió las primeras palabras con tipos móviles a mediados del siglo XV, difícilmente se imaginó las innumerables repercusiones que causaría su invento. Algo similar ocurre hoy con la Ciencia de Datos, que con sus amplias bases de macro y megadatos, la inteligencia artificial y el machine learning ya está cambiando la forma en la que producimos, compramos, especulamos y tomamos decisiones. Es un hecho que estas tecnologías digitales están transformando nuestras vidas. Y la agricultura, la ganadería y la apicultura no escapan a este cambio de paradigma.
Afinar el tiro para arriesgar menos y que todos ganemos
Para un pequeño productor que dispone de 200 hectáreas para cultivar verduras y hortalizas, las variables como el tipo de suelo, las condiciones climáticas y el mercado van a determinar sus ganancias. Pero, ¿cuánto tiempo le tomaría evaluar de forma tradicional, a base de prueba y error, la apuesta más provechosa? Probablemente hablamos de varias décadas y de un derroche de recursos que el planeta y las personas no nos podemos permitir.
Históricamente, estas actividades productivas no han requerido de demasiada tecnología. Sin embargo, contar con información e interpretarla de manera adecuada hace posible que la persona productora genere más con menos insumos, mejorando su rentabilidad al tiempo que reduce el impacto ambiental.
Además de ahorrar tiempo y dinero en insumos, el productor que interpreta datos accede también a una mayor precisión en las distintas fases de cultivo y a información más detallada para entender y aprovechar mejor las condiciones climáticas y del suelo, tomando decisiones informadas que contemplen la temperatura, la alcalinidad, la humedad, la luz y las necesidades para el control de plagas. Así, no solo puede mejorar el rendimiento de su cosecha, frenándola o acelerándola con mayor facilidad para evitar pérdidas, sino favorecer la seguridad alimentaria.
Las iniciativas interesantes abundan. Un solo vuelo de dron permite tener una fotografía exacta de dónde hay que regar un cultivo o en qué puntos del terreno es necesario tratar una viña, por ejemplo. Otros prefieren trabajar con datos en tiempo real para monitorizar el nivel hídrico de sus cultivos y solo regar en caso imprescindible. O para manejar de forma eficiente las colmenas, como propone la valenciana Global Bee. Esta pequeña empresa española monitoriza las cajas de abejas consiguiendo, a través de la tecnología, datos sobre la temperatura en el exterior y en el interior de la colmena, la humedad del entorno, el peso de las cámaras de cría y de almacenaje. Con esa información, un buen apicultor sabe si las abejas tienen alimento suficiente, si están sufriendo una enfermedad o si ha llegado el momento de la recolección.
Un proceso en marcha, que se acelera y es preciso impulsar
El reto más importante que tenemos que asumir es encontrar las herramientas adecuadas para maximizar la incorporación de estas tecnologías de una manera simple, dinámica y masiva, de modo que no sea un área de conocimiento restringido para unos pocos, sino que las pequeñas y pequeños agricultores y ganaderos puedan tener acceso a ellas y aplicarlas.
En mayo, el Sr. QU Dongyu, director general de la FAO, señaló en la Conferencia internacional de alto nivel “Visión para el futuro: la transición a la agricultura digital” que la aceleración de la digitalización en la agricultura también debe proteger los derechos humanos básicos, garantizando el acceso asequible a las tecnologías digitales, la alfabetización digital y los bienes públicos digitales para todos.
Hace tiempo que la organización está respaldando a varios países en la elaboración de estrategias nacionales de agricultura digital. Paralelamente, gestiona centros de aprendizaje virtual e impulsa proyectos encaminados a reforzar la alfabetización digital, como la Iniciativa de las 1.000 aldeas digitales que busca reducir la brecha digital.
Para la FAO, el acceso a los datos, la digitalización y la innovación son factores clave para acelerar la transformación de nuestros sistemas alimentarios y son los elementos básicos que en estos momentos están presentes en todas las aristas de la organización, en sus acciones y esferas de actividad.
Conozcamos algunas de las iniciativas que forman parte de la cartera de servicios digitales de FAO:
- La Plataforma Geoespacial Mano de la Mano
Puesta en marcha en 2020 por la FAO, esta herramienta técnica global basada en evidencias busca acelerar la transformación agrícola y el desarrollo rural sostenible con el fin de erradicar la pobreza (ODS 1) y poner fin al hambre y a todas las formas de malnutrición (ODS 2).
La Plataforma reúne información geográfica y datos estadísticos sobre más de diez ámbitos, entre ellos la seguridad alimentaria, los cultivos, los suelos, el agua, el clima, la pesca, la ganadería y los bosques, y ayuda a detectar carencias en las que se debe trabajar y oportunidades para aprovechar.
Recientemente, por su enorme potencial para contribuir a la creación de sistemas alimentarios más inclusivos, resilientes y sostenibles, la Plataforma obtuvo el Premio a la Excelencia Geoespacial Mundial 2022, otorgado en el Foro Mundial Geoespacial (Ámsterdam).
- La Plataforma Internacional para la Alimentación y la Agricultura Digitales de la FAO
Esta herramienta que está a punto de ver la luz se trata un foro inclusivo y global donde las partes interesadas en el sector alimentario y agrícola comparten experiencias y formas de aprovechar los instrumentos digitales, que van desde el comercio electrónico, pasando por el blockchain hasta el uso de la inteligencia artificial.
- Seguimiento y análisis de los precios alimentarios (FPMA)
Se trata de una herramienta desarrollada en 2010 como parte de las iniciativas de la FAO para hacer frente al aumento de los precios de los alimentos. Reúne datos de precios mensuales y semanales (al por menor o al por mayor) de varios productos alimentarios en mercados seleccionados de cada país. Para cada serie de precios, brinda información adicional sobre el producto, como el consumo per cápita.
- Sistema del índice de estrés agrícola (ASIS)
Hace un seguimiento de las zonas agrícolas con grandes probabilidades de sufrir estrés hídrico o sequía a nivel mundial, regional y nacional, y utiliza para ello datos de teledetección obtenidos por satélite con una resolución de 1 km. El sistema se actualiza cada 10 días, con datos históricos que se remontan a 1984.
Si queremos una alimentación más sostenible, que no deje a nadie atrás, cuide de nuestros suelos, haga un uso responsable del agua y proteja la biodiversidad, las tecnologías digitales pueden ser parte de la solución. La digitalización es un proceso inevitable e irreversible, ¿nos sumamos al cambio?
Para saber más: