El salón de cristal del Ayuntamiento de València ha acogido el acto institucional que celebra la distinción como SIPAM del sistema histórico de regadío de la huerta de València. Es un reconocimiento que lo distingue como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) que FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) hizo público el pasado mes de noviembre.
El acto, presidido por el alcalde de València, Joan Ribó, ha contado con la participación de la consellera de agricultura, Mireia Mollà; el concejal de agricultura, alimentación sostenible y huerta, Alejandro Ramón; la subdirectora de relaciones internacionales del Ministerio de Agricultura, Marta Cimas; el director de FAO-España, Enrique Yeves y el responsable de la Cátedra Tierra Ciudadana de la Universidad Politécnica de València, José Mª García Alvarez-Coque. También estaban presentes representantes de las comunidades de regantes y de los municipios de la huerta valenciana, así como el premio nóbel de la paz, Edward Rubin y representantes de otras instituciones y de la sociedad civil.
Joan Ribó ha señalado que la distinción de SIPAM “es un reto ilusionante y conlleva la gran responsabilidad de mantener y cuidar la huerta”, como ejemplo de una producción alimentaria sostenible y próxima a la ciudad. Mireia Mollà ha destacado el trabajo colectivo de diferentes agentes y el esfuerzo diario de los labradores y labradoras, que ofrecen sus productos de proximidad y que han contribuido a la pervivencia de la huerta de València. Marta Cimas ha incidido en la singularidad de este cuarto reconocimiento SIPAM para España, porque representa el vínculo entre lo agrícola y lo urbano especialmente. Enrique Yeves, además de poner de manifiesto el rigor del sistema de selección de FAO para los SIPAM, ha destacado que constituyen sistemas peculiares que ayudan a la sostenibilidad del planeta. José Mª Alvarez-Coque ha defendido la puesta en marcha de un plan de acción para preservar este sistema singular. Alejandro Ramón ha destacado que el reconocimiento como SIPAM “es un éxito compartido, un esfuerzo conjunto de todos los que vivimos, disfrutamos y trabajamos la huerta”.
Los SIPAM combinan la biodiversidad agrícola con ecosistemas resilientes que constituyen un valioso patrimonio cultural y con frecuencia, paisajes estéticamente impresionantes.