Este plan formará parte del futuro Plan Verde de la ciudad de València que en estos momentos está en fase de elaboración. El Plan de Agriculturas Urbanas tiene como objetivo fundamental mejorar los vínculos de la ciudad con l’Horta, que ha fue declarada SIPAM (Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial) por su sistema de regadío histórico. Además el Plan tiene la finalidad de reconocer los servicios ambientales y sociales que aportan las agriculturas urbanas así como definir y planificar los criterios de implantación.
La ciudad de València tiene 48 huertos urbanos. Unos son proyectos públicos y otros surgieron por iniciativas particulares. El proceso de elaboración del Plan de Agriculturas Urbanas, que ha contado con una amplia participación ciudadana, ha llevado a cabo un detallado trabajo de identificación y mapeo de las iniciativas que existen en la actualidad. Unas programadas que han sido promovidas por entidades públicas (huertos urbanos y huertos escolares fundamentalmente). Otras iniciativas tienen un carácter más espontáneo porque surgen de colectivos ciudadanos con mayor o menor apoyo de las administraciones públicas. Además el Plan ha tenido en cuenta también los pequeños espacios agrícolas que han sido invadidos por la ciudad pero que mantienen su actividad y otras iniciativas situadas en la misma huerta, no profesionales, y que son más bien huertos con motivación social, normalmente terapéuticos o de inserción.
Debilidades y fortalezas
Como resultado de ese proceso de participación y análisis se han podido determinar las principales debilidades en la situación actual de las agriculturas urbanas de la ciudad. Entre las conclusiones recogidas de los diversos agentes que han participado, se pide que la agricultura urbana tenga mayor presencia en el planeamiento urbanístico y que se definan los criterios de integración paisajística. Otras dificultades se refieren a los procesos burocráticos o la falta de formación de las personas que ponen en marcha las iniciativas y que en ocasiones llevan al abandono de las mismas.
Curiosamente, en este proceso de análisis se ha observado que la contaminación ambiental del espacio urbano genera dudas sobre la seguridad de los productos que se cultivan. Se recomienda dotar de más visibilidad a las iniciativas de agricultura urbana en la ciudad para que mejore su valoración entre la ciudadanía, así como definir criterios comunes de buenas prácticas y sostenibilidad.
Por otra parte, el análisis refleja también las oportunidades que la puesta en marcha de este plan puede suponer ya que las agriculturas urbanas deben ser una pieza muy importante de la infraestructura verde por su función de conexión y por los servicios ecosistémicos que generan. Además, se pueden convertir en una actividad excelente para fomentar la agricultura ecológica y la agroecología así como para visibilizar la cultura agraria. Por otra parte, este tipo de espacios generan múltiples beneficios socioambientales (pedagógicos, de integración de colectivos y terapéuticos).