Héroes de la alimentación: el desafío de resignificar nuestra relación con la comida

Comprar y comer. Parece una acción sencilla, pero en realidad, el alimento sobre nuestro plato recorre un largo camino antes de llegar hasta nosotros. Y tenemos que agradecérselo a los héroes de la alimentación. Agricultores, obreros de fábrica, transportistas y tenderos que dedican sus esfuerzos a mantener a salvo la cadena alimentaria. Este año, más que nunca, los héroes de la alimentación son los héroes del agua.
Ya han pasado algunos días desde la celebración del Día Mundial de la Alimentación, que se organiza cada 16 de octubre para promover la conciencia internacional sobre el hambre y fomentar la acción por el futuro de la alimentación, las personas y el planeta. Esta vez, la ceremonia ha girado en torno al agua como fuente de vida y alimento y, por lo tanto, también a sus héroes, personas que gestionan el agua con prudencia para poder garantizar una provisión de alimentos ahora y en el futuro, sin dejar a nadie atrás.
Para España fue un día especialmente importante ya que el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia, una institución única en su especie, fue reconocido en Roma por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como Héroe de la Alimentación por su labor en salvaguardar unos de los recursos más valiosos de la Tierra.
El agua es vida, el agua nutre
Por si no habías oído hablar de él, el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia es toda una institución para los valencianos desde tiempos inmemoriales. Raro es quien no ha presenciado una de sus reuniones, que se celebran cada jueves a las 12:00 en la puerta gótica de los Apóstoles de la Catedral de València. A esa hora y en ese lugar, ataviados con sus tradicionales blusas, se reúnen los síndicos de las acequias de Quart, Benàger y Faitanar, Tormos, Mislata, Chirivella, Mestalla, Favara, Rascanya y Rovella para dirimir los posibles conflictos que puedan surgir en torno al uso del agua.
Sin embargo, no es la primera vez que València recibe un reconocimiento internacional en torno al agua. En 2019, el Regadío Histórico de l’Horta de València fue incorporado a la lista de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), figura de reconocimiento y protección de agroecosistemas habitados por comunidades que viven en una relación intrínseca con su territorio, una iniciativa que también lleva adelante FAO.
Reconociendo el valor vital del agua en nuestro planeta
¿Y por qué son tan importantes estos galardones y celebraciones? Porque muchas veces damos a este recurso por sentado sin ser conscientes de su papel fundamental para la vida en la Tierra. El agua es una fuerza motriz para las personas, las economías y la naturaleza, y conforma la base de nuestra alimentación.
Sin ir más lejos, según datos de FAO, el 95 % de nuestros alimentos se produce en la tierra y todo comienza con el suelo y el agua. Sin embargo, hoy, solamente el 2.5% del agua es dulce, apta para beber, para la agricultura y para la mayoría de los usos industriales. Es obvio, aunque no lo tengamos siempre presente: el agua dulce no es infinita. Y tiene enemigos.
Amenazas para la vida
Algunos de esos enemigos son el crecimiento exponencial de la población, la urbanización, el desarrollo económico y el cambio climático, que someten los recursos hídricos del planeta a un estrés cada vez mayor. La situación es alarmante: los recursos de agua dulce por persona han disminuido un 20 % en las últimas décadas y la disponibilidad y la calidad del agua se están deteriorando rápidamente debido a décadas de uso y gestión ineficientes, sobreexplotación de aguas subterráneas, contaminación y cambio climático.
Sin ir más lejos, corremos el riesgo de sobrecargar este recurso preciado hasta un punto de no retorno. Tan es así que ya son 2 400 millones las personas que viven en países sometidos a estrés hídrico. Muchos de ellos son pequeños agricultores que ya luchan para comer a diario, especialmente las mujeres, los Pueblos Indígenas, los migrantes y los refugiados. Es un hecho: la competencia por este recurso inestimable está aumentando, a medida que la escasez de agua se convierte en una causa de conflicto cada vez mayor.
Es hora de empezar a gestionar el agua de manera prudente
Necesitamos producir más alimentos y otros productos agrícolas esenciales con menos agua, mientras garantizamos que este recurso se distribuya equitativamente, sin dejar a nadie atrás. Estos son los 5 frentes en los que la acción es urgente, muy urgente:
- Fomentar prácticas agrarias que ahorren agua
Es alarmante constatar que, en la actualidad, el asombroso 72% de todas las extracciones de agua dulce se destinan a la irrigación y cultivo de nuestros campos. Estos números, respaldados por la FAO, muestran que, si no tomamos medidas inmediatas y efectivas para el año 2050, podríamos aumentar nuestra demanda de agua para la agricultura en más de un tercio. El llamado es claro: es nuestro deber encontrar soluciones sostenibles que permitan proteger y preservar este recurso vital, tanto para nosotros como para las generaciones futuras.
- Limitar el desperdicio alimentario
¿Eres consciente de que anualmente se desperdician casi mil millones de toneladas de alimentos? Es esencial comprender que cada vez que desechamos un alimento, estamos también malgastando las semillas, el agua, el esfuerzo humano y los recursos de transporte invertidos en su producción y distribución. Este despilfarro de recursos y agua resulta insostenible y merece una atención urgente.
- Bajar la temperatura del planeta
El cambio climático tiene muchas consecuencias. Una de ellas es que vuelve a las precipitaciones más variadas. La falta de agua en algunas regiones y las condiciones meteorológicas extremas, como sequías e inundaciones frecuentes y prolongadas, requieren que actuemos ya a través de políticas que limiten el calentamiento mundial a 1,5 °C. ¡Esta es una parte importante de la solución!
- Cuidar los humedales
Estos enclaves, los más biodiversos de todos los ecosistemas, están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques. Preocupante, ¿no? Este dato es aún más alarmante: se ha perdido alrededor del 85 % de ellos en los últimos 300 años.
- Presionar a los gobiernos para mejorar las infraestructuras
Tan solo este dato resulta escalofriante: más del 80% de las aguas residuales del mundo se vierten sin ser tratadas. Es un ejemplo muy evidente de que aún queda mucho por hacer: necesitamos políticas para mejorar las infraestructuras que cuidan el agua, que permiten gastarla donde se necesita y ahorrarla en todo momento. Políticas que se inspiren en la ciencia y en evidencias sólidas. Es urgente otorgar nueva vida a sistemas de riego e implementando estrategias que nos permitan planificar y administrar el agua de manera más eficiente.
¡Es hora de trabajar juntos y crear un futuro mejor y más sostenible para todos! Y tú, ¿qué estás haciendo para preservar este recurso?