PLA: el nuevo bioplástico que pisa fuerte en la industria alimentaria

Plástico. Lo encontramos en todas partes. Lo vemos en los supermercados, llenando las estanterías, envolviendo frutas y verduras. Nos acompaña en nuestras salidas al café o al restaurante, en forma de vasos y cubiertos de plástico. En nuestra vida diaria siempre está presente. Según datos de la FAO, se utilizan unos 37,3 millones de toneladas de plástico tan solo para envasar alimentos. Sean bienvenidas las nuevas propuestas, porque no podemos seguir dependiendo de este material.
Aunque la mayor parte de las investigaciones científicas sobre la contaminación por plásticos se ha centrado en los ecosistemas acuáticos, especialmente en los océanos, los expertos de la FAO descubrieron que los suelos agrícolas reciben cantidades mucho mayores de microplásticos. Y, desafortunadamente, la gran variedad de productos químicos y aditivos empleados para elaborar este material dificulta su tratamiento y reciclaje. Aquí va un dato: de los 6.300 millones de toneladas de plásticos producidos hasta 2015, casi el 80% se ha eliminado de forma incorrecta.
El futuro del food packaging
Son muchas las investigaciones que se están realizando para buscar alternativas amigables con el medio ambiente. Una solución muy reciente consiste en los envoltorios elaborados con ácido poliátctico (PLA), un material biodegradable que se extrae del suero de leche u otros productos lácteos y se fermenta junto con almidón vegetal, como el maíz o la remolacha azucarera.
La ventaja de este tipo de plástico biodegradable es que permite mantener los alimentos frescos por más tiempo y así prevenir su desperdicio. Además, al ser un derivado de materiales orgánicos, puede ser compostable o de larga duración, según el proceso de fabricación empleado.
Todos tenemos algo por hacer
A la hora de combatir los plásticos de un solo uso y dar paso a versiones más amigables con el planeta, todos tenemos un papel que cumplir. Las administraciones, por su parte, deben promover alternativas biodegradables y acompañar la transición a través de políticas públicas y códigos de conducta; el sector privado debe comprometerse con el medio ambiente y tú, como consumidor, tienes el poder de apoyar estas iniciativas a través de tus hábitos de consumo.
No podemos perder más tiempo. A este ritmo, si no se toman medidas, para el 2050 existirán cerca de 12.000 millones de toneladas de desechos plásticos repartidos en vertederos y en el océano. La alternativa es clara: o nos divorciamos del plástico o nos olvidamos del planeta.